25 de abril de 2008

goldfrapp - happiness



no creo ser el único que no quema cerebro por el hecho de que el cuarto álbum de goldfrapp tenga poco del jale dance y el erotismo delirante de los dos anteriores. los que sí debieron quemar cerebro deben haber sido quienes, luego de ser consumidos por el ambient alucinógeno, cinematográfico y sublime de felt mountain en el 2000, se vieron asaltados en el 2003 por el synthpop aterciopelado y exquisitamente fetichista de black cherry, en lo que a mi parecer es uno de los mejores ejemplos de éxito en la temida prueba del segundo álbum. supernature, del 2005, continuó en la misma onda, suavizándola y matizándola de glam de manera quizás poco inspirada pero definitivamente efectiva, y muchos pensamos que el dúo británico había decidido aprovechar la perfecta imagen de diosa dance de su vocalista para anidar en este género. eso no hubiera estado nada mal, pero goldfrapp decidió aventurarse de nuevo y este febrero sacó seventh tree, una curiosa mezcla de folk, el ambient de los inicios y la refinada electrónica de siempre. estrictamente hablando, es el peor de los cuatro lps, básicamente por no saber llevar su mezcla de géneros a puerto, dejándonos con una incómoda sensación de incompletitud entre canción y canción (y a veces a la mitad de una sola canción). lo que no quita que algunas funcionen maravillosamente solas, como happiness, que subo ahora a pesar de que probablemente ya está circulando de forma masiva, por puro amor y fidelidad a la voz y las letras de allison, y al increíble tino para la composición y los arreglos de will gregory.

la yapa: para resarcir a las masas por mi aparente afán de excusar que los goldfrapp no les den lo que se sabe les gusta, yes sir, i can boggie, un b-side de black cherry que me parece una auténtica joya. allison se apropia de lo que alguna vez fue una cursi canción disco de no sé que grupo llamado bacará mientras nos amenaza con lo que parece una fusta para caballos. intenten no bajarse los pantalones.

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